miércoles, 24 de agosto de 2011

COMO HOJAS DE UN FRONDOSO ARBOL


Me intriga el concepto de ser uno con todo lo que existe. Me imagino que en el plano meramente físico somos simples vórtices de energía vibrante que apenas se diferencian de todo el mar de energía que nos rodea.Y que cada ser físico existente es, en mayor o menor grado, lo mismo. Sólo nos diferenciaríamos en la frecuencia vibratoria. Seres más densos, física y espiritualmente, vibrarían a frecuencias más lentas.  En este sentido, seríamos en esencia   "uno con todo lo que existe"...sólo que en frecuencias diferentes.
Busco una analogía que me ofrezca una imagen fácil de entender. Me parece hallarla en las miles de hojas de un enorme y frondoso árbol, en un hermoso y vibrante bosque lleno de vida. Cada una de ellas pareciera tener individualidad y vida propia. Nacen, se desarrollan, envejecen y mueren....Y regresan a nutrir el substrato que lo hace todo posible, integrándose al gran ciclo de la vida.  Pero, aun cuando parecieran estar separadas de las demás, en realidad están unidas a una ramita que a su vez lo está a una mayor, y así forman un espléndido y complejo árbol, que igualmente es parte de un bosque, todo con profundas raíces que lo nutre. Visto así, aun cuando pareciera ser una individualidad, cada hoja está conectada y forma parte de un vasto y sofisticado sistema energético de incalculable importancia para la vida.
Está consciente la hojita de ser "uno con todo lo que es"? Por no tener un ego, es posible que sí!

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