Hace tiempo que no me expreso por esta vía. Pareciera que no queda tiempo para las reflexiones, para las cosas realmente importantes. Las actividades del día a día, semana a semana, mes a mes, se lo tragan a uno, en una especie de interminable y agotador rosario. Me siento como aquella famosa caricatura de Mafalda (?) en la que pedía a gritos que pararan el mundo porque se quería bajar.
Pero en medio de esa batalla diaria, cosas importantes - e impactantes- han sucedido, que me han obligado a reflexionar sobre lo efímero y frágil de la vida...y en lo que nos espera del otro lado. Una nueva angustia se acrecienta: que se me agote el tiempo antes de cumplir con la misión (?) por la que vine a esta dimensión... si es que hay alguna! Porque me resisto a creer que sólo vine a esforzarme a ser buen hijo, padre, profesional y ciudadano...A comer, amar, viajar y disfrutar. Sería terriblemente frustrante a la hora de tener que trascender, ver mi historia y no encontrarle un sentido...cómo calificarlo - mayor, elevado, divino...de orden superior?
Desde hace muchos años estoy en esa búsqueda, siempre en medio de la batalla por sobrevivir y estar al día con mis facturas. He emprendido diferentes caminos buscando respuestas. Creo que a lo largo de los años me he ido "esculpiendo" o modelando, a veces muy lentamente, otras con grandes golpes de martillo. Pero siento que todo es parte de una preparación previa - y no el objetivo final.
Yo sé a dónde quiero llegar...pero no sé cómo. Siento la necesidad de descorrer un velo que no me permite acceder a esa otra realidad (la verdadera?) para poder accionar desde allí. Sé que sí es posible. Otros muchos lo han logrado....algunos después de una experiencia fugaz de trascendencia.
Ser uno con todo lo que es - vivirlo, sentirlo...y usarlo para asistir a quienes más lo necesitan. Acceder al "YO" eterno, informe, innominado; minimizar el "yo" corpóreo, finito, de nombre y apellido.
El tiempo de agota.
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